Recuerdo estar de viaje en el sureste asiático paseando por una playa y vi a una chica sentada en la arena como aburrida mirando el movil. Al rato cuando volvía del paseo a la misma chica dando como saltitos en la orilla del mar riéndose muchísimo y mirando hacia la arena. Luego fue a la toalla y cogió el movil que tenia en un minitripode para ver cómo había quedado el video. Me pareció terriblemente ridículo y triste.
qué reflexión tan curiosa . . es verdad que, antes de las redes sociales, uno se mostraba a su entorno cercano y de una forma orgánica . . aún recuerdo ese mundo . . en cambio hoy esa visión de nuestra vida en imágenes es tan real y cotidiana...
antes estaban las fotos analógicas, pero no existía la opción de publicarlas ante el mundo entero y creo que no las sentíamos como una explicación de quienes somos . . la vida era una experiencia más íntima
de todas formas no tengo nostalgia, al menos desde la cuarentena este momento me parece el más excepcional si las herramientas a tu alcance no te aplastan como ser humano . . para gente más joven me hace dudar . . ya se verá . . ojalá se normalice tanto que ya no nos afecte de esta forma . . que las redes sociales dejen de aturdirnos a fuerza de ser la normalidad o nos hagan más fuertes
ojalá llegue un momento en que sintamos la exposición como una forma de compartir nuestra autenticidad, en vez de una construcción del ego tortuosa...
Creo que más bien el trabajo sería interno de cada uno. Plantearse que sería extraordinario, porque extraordinario para uno puede ser tirarse desde un avión, para otro ir de mochilero a Tailandia, y para otro lograr tener relaciones armoniosas. O sentarse todas las tardes a tomarse un café en una plaza o ayudar a una vecina que se la cayó la bolsa de la compra. En definitiva, pasarse los cánones por el y ver qué es extraordinario para uno mismo.
Así es. Es urgente y necesario que apaguemos el móvil varias horas cada día, que no hagamos fotos de todo, que no pensemos en frase bonita de Instagram o en el vídeo viral y que vivamos experiencias que en el futuro merezcan ser contadas.
Gracias Enric !! Como entiendo a tu amiga !! Estoy en un momento de cambio y bajón en mi vida , que bien me vendría lanzarme a vivir algo distinto, extraordinario, pero a la vez que miedo y que pereza !!! Como nos gusta acomodarnos en la rutina !!
Gran reflexión! Nos olvidamos que la vida no se vive en la pantalla. Que la vida va de piel, de contacto, de oler, de mojarse bajo la lluvia y acabar empapados, de saborear tu plato favorito y si me apuras, hasta de mancharte los dedos e incluso dejarnos alguna "medalla" en la ropa porque eso significa que lo hemos saboreado, pero bien😜. Ojalá olvidemos vivir para las pantallas y vivamos para nosotros. Grandes reflexiones como siempre. Gracias Enric por compartir y compartirte. 🙏🏻
Las redes tienen un gran impacto en ello. vivimos en la era de la inmediatez, querer el resultado, y quererlo YA, sin recorrer el camino, sin esfuerzo y lo peor de todo, sin quererlo de verdad, porque realmente te haga feliz y lo disfrutes, sino porque queda bien decir que has logrado X. Una pena ya que es como vivir tu vida para los demás en lugar de vivirla para ti. Una pena llegar al final del videojuego sin haberlo jugado a tope y para uno mismo.
A mi me da la sensación que lo pierdo cuando estoy con el teléfono, hay comidas que recuerdo borrosas porque sí que tengo la sensación de estar mirando al móvil y eso que no manejo ni IG ni Tiktok, creo que sería mi muerte neuronal y frustracional (en el caso hipotético que existiese esa palabra). Al final, creo que a veces pretendemos pasarnos el juego sin jugar, leer la última página de nuestro libro sin habernos leído la mitad de los capítulos y sobre todo, intentado no vivir todo aquello que nos incomoda, a mi, la primera.
Al hilo con esta reflexión me ha venido a la mente el libro “4000 semanas, gestión del tiempo para mortales” de Oliver Burkeman. Una delicia para leer y releer varias veces🫶🏽
Recuerdo estar de viaje en el sureste asiático paseando por una playa y vi a una chica sentada en la arena como aburrida mirando el movil. Al rato cuando volvía del paseo a la misma chica dando como saltitos en la orilla del mar riéndose muchísimo y mirando hacia la arena. Luego fue a la toalla y cogió el movil que tenia en un minitripode para ver cómo había quedado el video. Me pareció terriblemente ridículo y triste.
qué reflexión tan curiosa . . es verdad que, antes de las redes sociales, uno se mostraba a su entorno cercano y de una forma orgánica . . aún recuerdo ese mundo . . en cambio hoy esa visión de nuestra vida en imágenes es tan real y cotidiana...
antes estaban las fotos analógicas, pero no existía la opción de publicarlas ante el mundo entero y creo que no las sentíamos como una explicación de quienes somos . . la vida era una experiencia más íntima
de todas formas no tengo nostalgia, al menos desde la cuarentena este momento me parece el más excepcional si las herramientas a tu alcance no te aplastan como ser humano . . para gente más joven me hace dudar . . ya se verá . . ojalá se normalice tanto que ya no nos afecte de esta forma . . que las redes sociales dejen de aturdirnos a fuerza de ser la normalidad o nos hagan más fuertes
ojalá llegue un momento en que sintamos la exposición como una forma de compartir nuestra autenticidad, en vez de una construcción del ego tortuosa...
Creo que más bien el trabajo sería interno de cada uno. Plantearse que sería extraordinario, porque extraordinario para uno puede ser tirarse desde un avión, para otro ir de mochilero a Tailandia, y para otro lograr tener relaciones armoniosas. O sentarse todas las tardes a tomarse un café en una plaza o ayudar a una vecina que se la cayó la bolsa de la compra. En definitiva, pasarse los cánones por el y ver qué es extraordinario para uno mismo.
Así es. Es urgente y necesario que apaguemos el móvil varias horas cada día, que no hagamos fotos de todo, que no pensemos en frase bonita de Instagram o en el vídeo viral y que vivamos experiencias que en el futuro merezcan ser contadas.
Gracias Enric !! Como entiendo a tu amiga !! Estoy en un momento de cambio y bajón en mi vida , que bien me vendría lanzarme a vivir algo distinto, extraordinario, pero a la vez que miedo y que pereza !!! Como nos gusta acomodarnos en la rutina !!
Gran reflexión! Nos olvidamos que la vida no se vive en la pantalla. Que la vida va de piel, de contacto, de oler, de mojarse bajo la lluvia y acabar empapados, de saborear tu plato favorito y si me apuras, hasta de mancharte los dedos e incluso dejarnos alguna "medalla" en la ropa porque eso significa que lo hemos saboreado, pero bien😜. Ojalá olvidemos vivir para las pantallas y vivamos para nosotros. Grandes reflexiones como siempre. Gracias Enric por compartir y compartirte. 🙏🏻
Las redes tienen un gran impacto en ello. vivimos en la era de la inmediatez, querer el resultado, y quererlo YA, sin recorrer el camino, sin esfuerzo y lo peor de todo, sin quererlo de verdad, porque realmente te haga feliz y lo disfrutes, sino porque queda bien decir que has logrado X. Una pena ya que es como vivir tu vida para los demás en lugar de vivirla para ti. Una pena llegar al final del videojuego sin haberlo jugado a tope y para uno mismo.
A mi me da la sensación que lo pierdo cuando estoy con el teléfono, hay comidas que recuerdo borrosas porque sí que tengo la sensación de estar mirando al móvil y eso que no manejo ni IG ni Tiktok, creo que sería mi muerte neuronal y frustracional (en el caso hipotético que existiese esa palabra). Al final, creo que a veces pretendemos pasarnos el juego sin jugar, leer la última página de nuestro libro sin habernos leído la mitad de los capítulos y sobre todo, intentado no vivir todo aquello que nos incomoda, a mi, la primera.
Además de lo que nos afecta al cerebro. Por resumirlo, perdemos muchas capacidades.
Al hilo con esta reflexión me ha venido a la mente el libro “4000 semanas, gestión del tiempo para mortales” de Oliver Burkeman. Una delicia para leer y releer varias veces🫶🏽