El apagon nos volvió a lo real. A lo que de verdad es importante en el día a día. Y también a ver que dependemos, en mi gusto, demasiado, de todo aquello que se supone nos da "felicidad". Ahora solo queda que no nos acordemos solamente de que vivimos un hecho histórico, como fue el COVID, sino de qué hicimos, cómo nos sentimos y en quién pensamos a cada momento para decirle más veces "Te quiero", "te echo de menos" o sencillamente mirar a quien va a nuestro lado y verlo. Gracias por otra gran reflexión. Otro sábado más compartiendo tus reflexiones y haciéndonos volver a pensar. ¡Feliz día! Y no olvidemos levantar la vista de la pantalla para no perdernos el mundo real de verdad. 😉
En Valencia ese lunes era festivo. Nos pilló a toda la familia junta en el campo. Habíamos celebrado el cumpleaños de mi madre, que lleva siempre consigo un pequeño transistor.
El hecho de estar al aire libre y con todos los míos cerca, en el campo, hizo que mi perspectiva fuera totalmente diferente a las de muchas personas que no pudieron comunicarse.
Me asombre, cuando no debería haber sido así, al ver a la gente paseando, mirándose a la cara y hablando entre si. Parecia surrealista, cuando no debería. Ojalá sirva para usar menos las pantallas y más el contacto visual ✨Gracias por tan bonito escrito.
Ojalá el apagón haya encendido en nuestros ojos esa luz que ilumina las cosas que no damos por sentado.
El apagon nos volvió a lo real. A lo que de verdad es importante en el día a día. Y también a ver que dependemos, en mi gusto, demasiado, de todo aquello que se supone nos da "felicidad". Ahora solo queda que no nos acordemos solamente de que vivimos un hecho histórico, como fue el COVID, sino de qué hicimos, cómo nos sentimos y en quién pensamos a cada momento para decirle más veces "Te quiero", "te echo de menos" o sencillamente mirar a quien va a nuestro lado y verlo. Gracias por otra gran reflexión. Otro sábado más compartiendo tus reflexiones y haciéndonos volver a pensar. ¡Feliz día! Y no olvidemos levantar la vista de la pantalla para no perdernos el mundo real de verdad. 😉
Gracias, Enric.
En Valencia ese lunes era festivo. Nos pilló a toda la familia junta en el campo. Habíamos celebrado el cumpleaños de mi madre, que lleva siempre consigo un pequeño transistor.
El hecho de estar al aire libre y con todos los míos cerca, en el campo, hizo que mi perspectiva fuera totalmente diferente a las de muchas personas que no pudieron comunicarse.
Me asombre, cuando no debería haber sido así, al ver a la gente paseando, mirándose a la cara y hablando entre si. Parecia surrealista, cuando no debería. Ojalá sirva para usar menos las pantallas y más el contacto visual ✨Gracias por tan bonito escrito.