Esta semana me encantaría recomendaros el podcast de Ángel Martín: Por si las voces vuelven. Una serie de entrevistas que sirven para presentar su libro que lleva el mismo título. Ángel sufrió hace unos meses un brote psicótico que lo tuvo 15 días en el hospital y al salir cayó en una depresión que lo dejó fuera de juego. En el libro cuenta toda su experiencia y en el podcast habla con personas que han sufrido depresión en algún momento de su vida. El primer capítulo es con Mercedes Milá, que explica sin tapujos su experiencia personal con la ansiedad y la depresión.
Escuchándolo, reflexionaba sobre que el gran problema de las enfermedades mentales es que la mayoría de personas no las comprenden. Cuando alguien tiene cáncer, por ejemplo, todo el mundo alrededor de la persona enferma sabe a qué se enfrenta. Los doctores explican qué está pasando, hay un tratamiento y las consecuencias son visibles. De alguna manera, todo está mal, pero controlado. En cambio con las enfermedades mentales no es así. La persona tiene cambios de humor, puede estar sonriendo pero estar mal, el calvario va por dentro y es complicado que se entienda y se comprenda desde fuera. Por eso cuesta tanto detectarlo y por eso cuesta tanto acompañar a quien lo está pasando.
Una vez, alguien a quien admiro mucho me dijo que todos los problemas son en realidad un problema de comunicación. En el trabajo, con los amigos, con la pareja… Siempre es un problema de comunicación lo que hace que como humanos no nos entendamos. Y creo que es cierto. Incluso, escuchando el podcast, pensé que la ansiedad o la depresión pueden ser también un problema de comunicación, pero con nosotros mismos. Con aquello que nos repetimos como verdades absolutas, con las frases que nos creemos, con las certezas con las que nos engañamos a diario.
La vida de las redes sociales nos ha sumergido en una especie de carrera hacia no se sabe dónde, en la que todo el mundo está en un sprint constante, con la única meta de intentar demostrar a personas que no conocemos de nada que nuestra vida vale la pena. En lugar de demostrárnoslo a nosotros, perdemos la vida gritándoselo a los demás.
Y hay gente que dice que la vida no es un sprint, sino una carrera de fondo. Yo creo que ni siquiera eso. La vida debería ser un paseo. Un caminar tranquilo que nos permita observar lo que hay a nuestro alrededor y valorarlo. Caminar al lado de las personas con las que nos sintamos a gusto y dejar que las otras se marchen por otro camino. Correr si es necesario, cambiar de rumbo las veces que haga falta e incluso poder pararse a hacer balance. Hemos venido a vivir la experiencia de ser humanos, no a correr.
Hay un momento de la conversación en la que Mercedes Milá le dice a Ángel que ha aprendido hace poco lo que es vivir el ahora. Algo muy manido pero que tiene realmente un poder brutal. Dice Mercedes: “Vivir el ahora es, por ejemplo, esta conversación. Que es como meterse en una burbuja donde solo estamos tú y yo”. Eso es. Así debería ser siempre. Eliminar todos los “¿y si?” y vivir en una burbuja donde las cosas simplemente van sucediendo.
Otro de los capítulos es con el músico Dani Martín. Otra charla sincera en la que se pone de manifiesto, una vez más, que el único éxito que existe es el de puertas para adentro. Estar tranquilo con tu vida, estar estable y en paz. No hay más éxito que ese. No hay estadios que llenen el vacío de estar mal cuando estás solo.
A todos los que estéis pasando por un proceso complicado: ¡Mucho ánimo! Nada es para siempre. Tampoco lo malo. Y seguramente este proceso que hoy duele tanto, mañana será tu gran historia de superación.
¡Muchas gracias por leerme! Hasta la semana que viene.
Qué importante es darle visibilidad y prioridad a la salud mental, y al mismo tiempo qué difícil comprender todos los procesos que a cualquiera pueden llevar a un estado de ansiedad, depresión, etc… Por suerte cada vez se habla más de ello y sin tapujos, pero el camino es largo todavía para que comprendamos que igual que cuando te rompes un tobillo tienes que ir a un especialista, cuando te rompes por dentro y escapa a tu control también hay que acudir a un especialista.
Cada vez somos menos “raros”, cada vez un poquito más comprendidos.
Me llevo esta parte del texto para tenerla bien presente en mi día a día:
“La vida debería ser un paseo. Un caminar tranquilo que nos permita observar lo que hay a nuestro alrededor y valorarlo”
Muchas gracias Enric
Gracias Enric por visibilizarlo!
Mi hija lleva con depresión y ansiedad desde hace más de tres años y ella a pesar de ser una niña no oculta que acude a terapia y explica a sus amigo que necesario es hacerlo!
Los demás solo podemos estar a su lado , escuchándoles cuando quieren hablar y respetando sus silencios que son muchos más!
Es duro como madre pero se que está bien acompañada y sobretodo que ha escogido plasmar sus días en un diario ya que para ella es la mejor manera de canalizar sus miedos , angustias y pesares!
Es su afición la escritura, lo fue antes de su enfermedad y es su bálsamo en estos momentos!
Animo a los que estamos inmersos en estos suburbios porque un día esa montaña rusa en la que habitan se convertirá en un precioso tiovivo!😘