En los últimos tiempos hemos entendido que, para los emprendedores, ir ligero por la vida es más cómodo. La moda de los nómadas digitales ha convertido las estructuras empresariales en algo cada vez menos dependiente de otras personas. Colaborar con quien necesitas en cada momento, pero que la estructura sea pequeña. Que tu negocio dependa solo de ti.
Hoy pensaba que, al contrario de lo que hacemos empresarialmente, la estructura emocional es muy compleja y pesada. Dependemos de demasiadas personas para estar bien emocionalmente. E igual deberíamos convertirnos también en nómadas emocionales. Normalmente tenemos que mantener sana una estructura con: familia, amigos (muchos), pareja, compañeros de trabajo, contactos, conocidos… y eso, al final, no deja mucho tiempo para uno mismo. Y agota.
Creo que deberíamos aprender a ir por la vida (y estar bien) solos. Y a partir de esa base, relacionarnos con las personas que sumen y aporten valor a nuestro día a día. El resto es un peso que llevamos encima y con el que cargamos solo por el miedo a romperlo.
Independencia emocional. Que tus emociones dependan de ti. No se trata de aislarse, sino de estar tranquilo cuando no estás con gente o no cumples las expectativas de los que te rodean. Emprender emocionalmente sin grandes estructuras que permitan gastar menos (energía), e ingresar más (serenidad).
Enric, me encantan tus reflexiones. Esta me ha hecho pensar en un libro que leí hace poco: "Viajar ligero. La vida con equipaje de mano." De Gabriele Romagnoli.
De toda tu carta, me quedo con esta parte: "Creo que deberíamos aprender a ir por la vida (y estar bien) solos. Y a partir de esa base, relacionarnos con las personas que sumen y aporten valor a nuestro día a día ". Siempre sumar, aportar, construir, no desde el egoísmo sino desde la serenidad que te aporta conocerte a tí mismo. Gracias Eric.