Decía Don Draper, el director creativo irónico y mordaz de una agencia de publicidad en la serie Mad Men, que cuando ganas un cliente ya estás empezando a perderlo. Y pasa con todo en la vida. Nada se gana o se pierde definitivamente. Cuando conseguimos algo, llega implícita también la posibilidad de perderlo. Estas son las reglas desde el principio. Vivir implica que vamos a morir.
Esto es algo que todos sabemos, no estoy descubriendo nada. Pero se nos olvida a diario con todo lo que vamos consiguiendo. Como si las cosas que logramos tuvieran que ser nuestras para siempre. Como si el hecho de conseguirlas nos diera pleno derecho a mantenerlas. No funciona así.
Nos pasa con las parejas, con los amigos, con los trabajos, con la familia, con el dinero… Pasa con todo en la vida. Hasta con la propia vida.
Por eso, cuando perdemos algo, igual deberíamos preguntarnos hasta qué punto era nuestro. Hasta cuándo queríamos mantenerlo como si de una propiedad se tratara. Y qué otras cosas ganamos al perder esa. Porque de eso va el juego. De cosas que llegan a tu vida y de otras que se van. Y no ganamos o perdemos nada, simplemente llegan y simplemente se van. Y cada cosa nos deja un aprendizaje. De nosotros depende querer verlo o seguir pensando que hemos perdido algo, como si no lo hubiéramos empezado a perder en el preciso momento en el que lo conseguimos.
En la vida ni se gana ni se pierde,
ni se fracasa
ni se triunfa.
En la vida se aprende,
se crece,
se descubre;
se escribe,
se borra y
se reescribe otra vez;
se hila,
se deshila y
se vuelve a hilar.
El día que comprendí
que lo único que me voy a llevar
es lo que vivo, empecé a
VIVIR lo que me quiero llevar.
Yo tiendo a pensar parecido a lo que has escrito. Todo lo que tenemos es un préstamo. Un préstamo que nos será arrebatado cuando llegue el momento. Pero, hasta entonces, podemos seguir disfrutando de este juego :-)