El otro día acompañé a mi amigo Ferran a una tienda de antigüedades de Barcelona. Él buscaba un escritorio vintage y yo perderme entre trastos rescatados del piso de alguien que, probablemente, haya muerto hace poco. Seguramente, todas nuestras cosas también acabarán expuestas en una tienda de segunda mano, manoseadas por alguien que cree que lo antiguo, expuesto en su casa, quedará moderno.
Los libros (incluso los dedicados), y todos los objetos que le dan sentido a nuestra casa, formarán parte del repertorio de trastos de una tienda con humedad y alguien regateará por ellos. Harán ofertas con nuestros cuadros: “si te llevas estos tres, te los dejo a 30 euros”. Nosotros ya no estaremos y nuestra memoria durará lo que tarde algún modernillo en llevarse esa lámpara a la que hoy le tenemos tanto cariño.
La mayoría de los objetos que nos rodean nos van a sobrevivir. Somos nosotros lo que pasaremos por su vida, y no al revés. No seremos sus únicos dueños. El día que no estemos, si no son escogidos por nuestros herederos, alguien los cargará en una furgoneta y los llevará a un local donde se expondrán, como antigüedades, hasta que otra familia los acoja.
No son nuestras cosas, sino las cosas que están con nosotros. Nada tiene dueño. La posesión es solo una mentira que nos cuenta nuestro ego, que se cree inmortal y capaz de controlarlo todo. Al final, Ferran se llevó varios cuadros y yo algunos discos que suenan de fondo mientras escribo esta carta, sin saber cuál será su próximo hogar.
Sin duda los objetos que nos sobreviven son la muestra de que la vida es una, no diré corta porque depende de la intensidad con la que la vivas parece más larga o menos, pero no tener apego a lo material nos hace más conscientes de que estamos de paso en este momento, aquí y ahora. Gracias por recordarnos que somos efímeros para volver a confirmarnos en un nuevo día que hay que vivirlo lo más bonito que se pueda porque...¿Quién sabe mañana quién estará buscando entre nuestras cosas para decorar con algo "vintage' su hogar?. Gracias por compartir y compartirte. ¡Feliz primer sábado de 2025!
"La posesión es solo una mentira que nos cuenta el ego"...
Siempre que paseo por mercadillos o este tipo de tiendas y ojeo libros antiguos, fotografías, etc me pierdo ensimismada imaginando de quién habrán sido antes y cuántas historias encerraran. Me vence una extraña melancolía