Digan lo que digan los termómetros y los calendarios, ya está aquí el verano. Lo sé porque se acaba de estrenar el anuncio de Estrella Damm que, desde hace unos años, nos acompaña al Mediterráneo con historias idílicas de gente guapa que bebe cerveza a todas horas. Me lo mandó ayer una amiga y junto al vídeo escribió: “Este anuncio lo podrías haber firmado tú”. Cuando lo vi sonreí porque tenía razón.
Nostalgia, años 70, Costa Brava, fotos analógicas, gente que se enamora en bares y fiestas de verano. Sí, lo podría haber hecho yo. Me gustó el mensaje porque creo que identificar aquello que nos define es, de alguna forma, encontrar nuestro lugar en el mundo. ¿Por qué nos gusta lo que nos gusta? Pues ni idea, pero forma parte de nosotros y de nuestra forma de ver la vida.
Ayer salí a correr y llegué hasta el Tibidabo, un parque de atracciones que hay en la cima de una montaña en Barcelona, presidido por una iglesia que parece un castillo y que veo desde mi casa. En Wikipedia pone: La colina del Tibidabo comenzó a ser urbanizada a finales del siglo XIX, por iniciativa del doctor Salvador Andreu. A principios del siglo XX se abrió la avenida del Tibidabo, que rápidamente se convirtió en zona de la clase alta barcelonesa, urbanizándose con bellos edificios de estilo modernista construidos por los mejores arquitectos de la época. ¡Cómo no me va a gustar!
El camino al Tibidabo está lleno de palacetes de hace un siglo, algunos habitados y otros abandonados, que no puedo dejar de admirar cada vez que subo. Me encantaría saber qué misterios se esconden detrás de cada uno. Cuándo fue construido, por quién, qué familia vivía, a qué se dedicaban, por qué decidieron marcharse y quién vive ahora. Porque, por encima de todo, me encantan las historias, que son lo que quedará cuando nosotros ya no estemos.
Tus newsletter casi sempre me dejan una sensación de nostalgia, algo de melancolía.. y mucha reflexión sobre la vida.. tus historias y supongo también que mis 45 a punto de cumplir..😅 Gracias Enric! Me encanta leerte!
Otra vez llegan esas historias que nos llenan y nos hacen pensar en otros veranos, en otras vidas y en saber quién vive donde antes vivíamos o quien ocupa un lugar conocido por pasar siempre frente s el peto nunca atravesar sus muros.
¡Viva el verano! Y todo aquello que nos lo hace mirar con ojos bonitos. ¡Feliz sábado! 🤗🙏🏻