Ayer fue San Juan, una noche en la que las playas se inundan de hogueras y todos albergamos la esperanza de que, con el humo que sube hacia el cielo, muera lo viejo y nazca lo nuevo. Yo fui al pueblo a verme con los de siempre. Qué bien sienta que pase el tiempo y algunas personas sigan estando ahí. Aunque sea para cuatro días al año. Es suficiente.
Hace más de 25 años que conozco a mis amigos. Desde el instituto. Y no nos cansamos de contarnos las mismas anécdotas, los mismos recuerdos. ¿En qué momento dejamos de vivir cosas para recordar las que ya pasaron? Alguien dijo en la cena que seguro que ahora estamos creando nuevos recuerdos pero con otras personas. No sé si me pareció bonito o trágico. Supongo que pasa en todas las relaciones. Puede que haya un día en el que dejamos de crear recuerdos. Como si el VIVIR (en mayúsculas) se hubiera agotado y ya solo pudiéramos tirar de memoria.
San Juan es una noche bonita. Juntarse con gente que quieres para dar la bienvenida al verano y hacer borrón y cuenta nueva. Cenas, risas, complicidad, playa y fuego. Y conducir de noche. Me encanta la sensación de ir en mi nave escuchando música en esa especie de ingravidez que da la velocidad. Conducir de madrugada tiene algo mágico. Las líneas blancas de la carretera, iluminadas por las farolas, van quedando atrás. Y en los edificios se pueden ver, fugazmente, momentos de otras vidas. Y juego a imaginar.
¿Qué habrán querido purificar ellos esta noche? ¿Con quién la habrán pasado y con quién les hubiera gustado pasarla? ¿Qué deseos se habrán quemado en sus papelitos? ¿Qué les traerá el humo de las hogueras que va hacia el cielo? ¿Qué morirá? ¿Qué nacerá?
"¿En qué momento dejamos de vivir cosas para recordar las que ya pasaron? Alguien dijo en la cena que seguro que ahora estamos creando nuevos recuerdos pero con otras personas." Tú mismo te lo has respondido. Vamos evolucionando y no estamos en la misma página que nuestros amigos de la infancia, porque cada uno vamos a nuestro ritmo. Por eso es bueno que aparezcan nuevos amigos y acompañantes de la vida que llevamos, para nutrir nuestras experiencias. Es bonito recordar lo que hicimos con nuestros amigos de la infancia. Pero ello no quiere decir que hayas dejado de vivir.
“Puede que haya un día en el que dejamos de crear recuerdos. Como si el VIVIR (en mayúsculas) se hubiera agotado y ya solo pudiéramos tirar de memoria”
Ay Enric... como me ha tocado esta frase ahora mismo... están siendo unos días muy duros para mi familia y para mi, pero seguimos creando recuerdos bonitos para que cuando tengamos que tirar de memorias, podamos recordarlas con más sonrisas que lágrimas 🧡