Hace ya bastantes años que tengo la sensación de que nos han contado la vida al revés y nos hemos creído la historia. Las cosas más peligrosas son las que damos por hecho. Aquellas a las que no les vamos a dedicar ni siquiera un tiempo de reflexión porque son demasiado evidentes. Esas son las que nos generan las peores dudas, las que no podemos ni expresar y se acaban convirtiendo en un malestar interno difícil de gestionar.
Una de esas cosas que nos han contado al revés es el concepto de libertad. ¿Qué es ser libre, poder hacer todo lo que queramos o poder escoger siempre? ¿Se puede llegar a ser libre dentro de una sociedad llena de normas? Y por encima de todo, ¿estamos preparados, como seres humanos, para serlo? Son preguntas que no solemos hacernos porque tienen respuestas demasiado complejas. También porque hemos perdido la capacidad de debatir, de escuchar al otro e intentar entender qué parte de razón hay en lo que no nos gusta oír. Esto ahora va de ser fanáticos que defienden a muerte una opción. O blanco o negro, sin un rincón para el gris.
El otro día, un invitado del podcast me decía que antes el mundo era muy grande porque no podían permitirse viajar. Entendí lo que quería decir. Eso convertía el planeta en algo inmenso, inabarcable, plagado de deseos, de lugares que solo existían en la imaginación, de proyectos, de ganas de mejorar, de sueños por cumplir. En cambio, aunque suene paradójico, la facilidad que tenemos hoy para movernos hasta la otra punta del mundo, lo convierte en un lugar pequeño.
Quizá sea porque los deseos no se hicieron para ser cumplidos, sino solo para ser deseados. Y es en la lista de cosas pendientes donde encontramos la verdadera felicidad. Por eso existe el amor platónico, el ideal, el incomprobable, el que dibujamos solo en nuestra imaginación. Por eso los mejores viajes son los que están por hacer, los libros que nunca terminamos y las historias inacabadas. Por eso soñamos, porque nos ayuda a seguir despiertos.
Tenerlo todo al alcance no ha dado el resultado que esperábamos y ha traído a la sociedad una ola de nostalgia, un tanto curiosa e inexplicable, hacia tiempos que eran menos cómodos. El motivo es muy sencillo de entender. Porque hemos dejado de desear. La ansiada libertad nos ha enseñado que funciona mucho mejor como utopía, que solo es la excusa para seguir avanzando. Porque lo que de verdad nos gusta es creer que siempre hay más, no tener límite, continuar explorando. Esa es nuestra naturaleza, nos guste o no. Y esa es la verdadera libertad, la que nos ata a nuestros sueños.
Mañana, en Off the record, os recomendaré un par de sitios que me han gustado de Barcelona y de Madrid. Y pronto haremos la primera quedada presencial. En el grupo de Telegram podéis votar dónde preferís que sea. ¡Nos vemos dentro!
Gracias, Enric.
Ahora parece que lo tenemos todo al alcance. Y por ello, como dices, parte de la magia se ha perdido.
Creo también que vivimos dentro de una fantasía de realidad. Estamos rodeados de estímulos, de información, que nos dan la falsa impresión de que hacemos más, de que vivimos más, de que tenemos más cosas al alcance. ¿Pero realmente lo aprovechamos?
Como siempre disfruto tus reflexiones, pero esta vez difiero en algunas cosas. Todo está al alcance, pero no al alcance de todos… y sin embargo los que no tienen todo a su alcance muchas veces gozan de mayor libertad que los que lo tienen todo…
En palabras más sencillas y mucho más elocuentes de Harold Kushner en su libro “cuando nada te basta” afirma que: “una persona de éxito no es quien tiene todo lo que quiere, si no quien quiere todo lo que tiene”…
Los deseos hoy en día los convertimos en necesidades, por ejemplo no es lo mismo decir “deseo viajar” a “necesito viajar” “me urge un viaje”
Los deseos van de la mano de la añoranza, las necesidades de la frustración… se me antoja un vaso de agua (lo deseo, me lo imagino, lo saboreo) a necesito un vaso de agua (me urge, estoy sedienta, deshidratada)
Hoy vivimos en constante necesidad de todo y deseosos de nada.
Porque como bien dice Erich Fromm en su “Miedo a la libertad “: La libertad no radica en lo que hacemos, tenemos o somos, la libertad solo se encuentra en lo que amamos…