Me he comprado uno de esos objetos que todos teníamos en casa cuando éramos pequeños y que han resurgido de sus cenizas cuando ya parecía extinguido por los tiempos modernos.
Un tocadiscos.
Es increíble que en la época en la que podemos abrir Spotify y tener cualquier canción del mundo a un click, se haya vuelto a poner de moda lo de colocar un vinilo en un aparato y hacer que suene con la fricción de una aguja.
Pero ahora que lo tengo me he dado cuenta de que no es solo por el tocadiscos. Es porque tenerlo también implica ir a comprar discos. Y eso significa hacer algunas cosas que ya teníamos olvidadas, como darse un paseo por la ciudad hasta llegar a la tienda, pasarte un buen rato mirando portadas, buscar el disco por la letra, el olor a cartón de las fundas, escoger entre todos los que te gustan y decidir cuál quieres comprar. Pagar por la música. Que no sea infinita. Darle un valor. Abrir el disco, sacarlo cuidadosamente de la funda de papel, colocarlo en el tocadiscos y esperar aquellos segundos de crujido antes de que comience a sonar la música…
Tengo la sensación de que hemos perdido la capacidad de hacer las cosas con su ritual. Me estaré haciendo mayor, pero a mí que me cuesta estar solo y que tiendo al aburrimiento, cada vez me gusta más tomarme mi tiempo para las cosas e ir sin prisa. El otro día pensaba que ni siquiera hay una palabra antónima. Puedes hacer las cosas con prisa o sin prisa, pero me gustaría que existiera un concepto que definiera hacer las cosas disfrutando del momento simplemente por el placer de hacerlo.
Creo que la decisión más importante que tomamos cada día es en qué invertimos el tiempo que tenemos. Sobre todo porque no sabemos cuánto nos queda. Y la prisa es como si intentáramos gastarlo rápido. Como si nos sobrara y quisiéramos derrocharlo. El tiempo no pasa siempre igual, y nosotros decidimos a qué velocidad gastarlo. Yo, esta noche, he decidido sentarme a escribir esta newsletter escuchando de fondo el primer disco que me he comprado.
Tal vez "parsimonia" es el antónimo que echas de menos. Gracias por tus reflexiones.
Tengo un tocadiscos desde hace un par de años y ahí estoy esperando a ver qué disco me compro. Quería que fuera algo realmente especial y ya sabes lo que pasa: parálisis por análisis. Creo que voy a buscar algo menos especial, un disco que me fleche en la tienda y ya. Para poder disfrutarlo con más realidad y menos protocolo.