Me gusta que en medio de una conversación salga una frase que se convierte en una idea. Cuando la detecto, siempre digo en voz alta: “Esto me da para newsletter”. De hecho, ya son mis propios amigos los que, cuando tenemos alguna charla que deriva en intensidad, me dicen: “Esto apúntalo para la newsletter”.
El otro día estaba hablando con mi amigo Ferran Cases y saltó una de esas ideas. Charlábamos sobre las etapas de la vida, sobre cómo cambiamos, sobre que nada ni nadie es inmutable y entonces surgió la frase que me llevó a escribir esta carta: “Es que nadie es”. Salió como respuesta a los: “tú no eras así” que tantas veces hemos tenido que oír. Y quien te lo dice tiene razón, probablemente no lo eras. Pero lo que esa persona está diciendo, en realidad, es: “ahora ya no me gusta como eres”.
Que a alguien le guste o no cómo eres no tiene nada que ver contigo. Solo tiene que ver con la imagen que esa persona se había hecho sobre ti y con la que se sentía cómoda. Cuando cambias esa forma de ser, le generas una incomodidad. Así de simple.
Pero lo realmente importante, desde mi perspectiva, es que damos por hecho que la gente es de una manera. Como si fuéramos un objeto con unas características concretas que toda la vida serán igual y pudiéramos pedir el libro de reclamaciones cuando esas características cambian.
Pero no solo lo hacemos con los demás. Lo más grave es que también lo hacemos con nosotros mismos. No nos permitimos el cambio porque “somos así”. Y de ahí es de dónde salió la idea: “Es que nadie es”. Somos como estamos más cómodos en cada etapa de la vida, y no hay nada más incómodo que la gente que exige explicaciones sobre tus cambios de gustos, de opiniones o de perspectivas. Porque “ser” no puede significar una condena. “Ser”, nos guste o no, está en movimiento constante.
Gracias, Enric.
Últimamente pienso mucho en esta idea. Que somos cambio constante, que somos de mil formas. Que en cada etapa sentimos de una manera y que tenemos derecho a ser cómo y lo que queramos ser.
Y que en ese cambio habrá cosas y personas que dejaremos atrás. Y otras que se irán incorporando a lo largo del camino.
Gracias.
Justamente de esto hablaba con un amigo el otro día!! Hace años era muy rígida, orgullosa y lleva muy mal que la gente cambiase, cuando he entendido que el cambio es bueno, es evolución y se puede cambiar de opinión sin problema, y no pasa nada, me he quitado un peso de encima y me siento más libre. El cambio te permite avanzar y entender que la gente que ahora está o la que estuvo, han evolucionado hacia sitios que no son el tuyo. Y que no pasa nada por no tener los mismos amigos de la infancia o la misma pareja de toda la vida, evoluciono, cambio y tengo la mente abierta a gente nueva que siempre aportará alguna cosa 🙏😊