Hoy quiero contaros algo que me hace mucha ilusión. MUCHA.
El lunes empieza la preventa de la edición especial de mi libro de relatos, Mentiras en honor a la verdad. Normalmente, unos días después de la preventa, los libros salen a la venta, pero con éste no será así porque es una edición especial pero, sobre todo, limitada. Eso significa que vamos a hacer una tirada pequeña y estará a la venta hasta finalizar existencias. Que son pocas.
Me he decidido a hacer esta edición especial porque hay mucha gente que no me conocía hace dos años cuando salió la primera edición del libro y muchos me preguntabais por qué no se volvía a editar, ya que en muchos sitios está agotado. Y sinceramente, yo también tenía la sensación de que el libro aún tenía recorrido. Pero esta vez he querido hacerlo mucho más a mi manera, por eso incluso la portada es nueva y además el diseño parte de una foto que hice yo mismo. También incluye dos relatos inéditos y, por supuesto, irá dedicado y firmado a cada persona que lo compre.
A los que lo vais a tener por primera vez, ojalá os gusten los relatos que escribí hace algunos años y que siguen estando muy vigentes. Y a los que me habéis dicho que lo volveréis a comprar… GRACIAS. Gracias por el apoyo y por querer tener esta pieza tan especial para mí. Muchas veces me escribís mensajes de agradecimiento por el contenido que comparto gratis en las redes o esta newsletter y para mí es un placer hacerlo, de verdad. Pero siento que me lo devolvéis con creces cuando apoyáis este tipo de proyectos. Os aseguro que aunque sea el mismo contenido, no es el mismo libro. También muchos me decís que este lo regalaréis a alguien especial por navidad. ¡Me parece también muy buena idea!
Lo que sí quería es tener un detalle con los que recibís la newsletter y se me ha ocurrido que, como la preventa empieza el lunes y las unidades son limitadas, vosotros podáis empezar a reservarlo desde hoy mismo. Una pequeña ventaja para que los que estáis suscritos y queréis el libro, no os quedéis sin tenerlo. También quiero compartir solo aquí alguno de los relatos para que, los que estéis indecisos los leáis y acabéis de decidir.
La de aquella pareja de Roma.
Es agosto. Estoy en Roma y el sol de la tarde inunda la fachada principal del Coliseo. Hordas de turistas se retiran ya hacia sus hoteles y los restaurantes empiezan a ocupar todas las mesas de las terrazas. Roma tiene un atardecer especial. Cuando la luz del sol se refleja en sus piedras llenas de historia parece que se puedan ver imágenes del pasado en sus calles. Mientras se me pierde la mirada en el infinito admirando la inmensidad del antiguo Imperio Romano, una pareja me pide si les puedo hacer una foto. Intento encuadrarla y no puedo evitar pensar en cómo será su vida.
¿De dónde vienen? ¿Cuándo habrán llegado? ¿Cómo se han conocido? ¿Harán el amor esta noche? ¿Qué recuerdos se llevarán de Roma? ¿Cuántos años estarán juntos? ¿Habrán sido infieles?
Les hago la foto y nos despedimos. Me dicen gracias en inglés. No sé si porque es su idioma o porque creen que es el mío. Asiento con la cabeza y nos despedimos. Sigo pensando en la foto. Con suerte quizá algún día se gane un puesto de honor en el comedor de su casa. Si corre menos fortuna se convertirá en el salvapantallas del ordenador de uno de los dos. O a lo mejor simplemente cae en el olvido entre miles de fotos más en una carpeta titulada: “Viaje a Roma”. Como pasa con la mayoría de las fotos. Como nos pasa con la mayoría de recuerdos.
Como no podemos retenerlos en la memoria, almacenamos miles de imágenes que nunca volvemos a ver, solo para hacer inmortales aquellos momentos. Y para que nos hagan inmortales a nosotros a ojos de quien las vea cuando ya no estemos.
Y si algún día vuelven a ver esa foto, aunque sea rápido, aunque sea de pasada mientras buscan una más bonita, ni siquiera se acordarán de que fui yo quien se la hizo. No recordarán al elegido que les hizo eternos justo allí, en ese momento. Mientras el sol caía en una de las ciudades más bonitas del mundo. Mientras ellos sonreían a un desconocido. Mientras pensaban que aquello sería para siempre. Aunque no haya sido así. Nunca nos acordamos de este tipo de cosas. Y a veces, puede pasar que no recordemos quien nos hizo la foto más importante de nuestra vida.
La de dejarlo con alguien.
Nos sentamos en un banco y hablamos de aquellos primeros días en los que acabas de salir de una relación. Aquella sensación, entre liberación y tristeza, que sólo quien ha vivido entiende. Miras el futuro y ves aquello que puedes hacer sin frenos, sin cargas, sin explicaciones. Vuelves a depender sólo de ti. Y te apetece abrirte al mundo y empezar hasta el proyecto más loco que algún día habías pensado hacer. No hay límites. Y parece que esta nueva etapa es mejor de lo que decían. Definitivamente, esto de estar solo no está tan mal…
Pero de repente, un domingo traidor y un poco cabrón, viene a anunciarte algo que los últimos días planeaba sobre ti pero habías preferido no ver. Y lo afrontas de golpe, sin miedo. Convenciéndote de que ya nada puede hacerte daño porque eres un hombre nuevo. Sí, ella también está sola. Y sí, quizá también esté ilusionada. Y sientes una punzada indescriptible en el corazón al caer en que probablemente de aquí unos meses otro entrará en su vida y quizá se quede. Su misión será desterrarte sin piedad de sus pensamientos. Y lo hará. Pasarás a jugar el triste rol de recuerdo y en unos meses ya no serás responsable ni de sus alegrías ni de sus penas. Habrás desaparecido sin dejar ni rastro. Ya no merecerás ni una lágrima, ni un cabreo, ni una conversación de madrugada. Nada.
Esos días de felicidad triste, de tristeza liberadora. Esos primeros días de esquizofrenia emocional. De adiós al pasado y de bienvenida a la incertidumbre. De lloro y de risas. De crecimiento personal y de auto-juicio. De odio y cariño a la vez. Esos primeros días sin ella.
La de las noches de verano.
Existen noches de verano en algunas noches de invierno. Son esas noches en las que la luz anaranjada y suave de una farola alumbra la calle silenciosa de un pueblo. Un sitio pequeño y tranquilo donde ya todo el mundo está en casa. No hay nadie en la calle pero algunas cortinas abiertas dejan entrever los destellos de un televisor encendido en la oscuridad. Los pasos propios resuenan en el silencio de la noche y parece que la vida pasa más tranquila mientras caminas sin prisa entre árboles centenarios que te acompañan dejando caer algunas hojas.
Las noches de verano son un estado mental. Y a veces aparecen cuando aún queda frío por pasar. Cuando todavía se respira olor a leña y las manos se resguardan en los bolsillos. Son noches de verano que se adelantan impacientes al calor y que te hacen sonreír recordando las que ya han pasado y, sobre todo, las que quedan por venir.
Espero que os hayan gustado y queráis seguir leyendo.
El procedimiento para comprar Mentiras en honor a la verdad es muy fácil. Solo tenéis que mandar un mail a: yotambienmiento@gmail.com diciendo que lo queréis y recibiréis una respuesta automática con el procedimiento de compra. Por cierto, como la respuesta es automática puede que os llegue a la carpeta de spam. Revisadlo.
Muchas gracias por apoyar este proyecto y compartir mi ilusión. Y si lo queréis, daos prisa, que no quiero que os quedéis sin.
Nos leemos la semana que viene.
Muchas gracias 🤗 una maravilla poder tener antes el libro, yo ya lo he pedido pero no me ha llegado email (he revisado bandeja de spam también 😅)
Me ha encantado, como siempre, y gracias por la oportunidad de tener un poquito de ventaja para adquirir el libro.