Abro los ojos y son las cuatro de la madrugada. No sé si es por el jet lag o es que vuelvo a dormir mal. De hecho, no recuerdo ya una época donde durmiera bien. Me parece que la gente adulta que puede estar en la cama más de ocho horas seguidas, tiene un súper poder. Yo hace años que no puedo estar ni seis.
Cuando estoy en casa, me levanto, desayuno algo y me siento en la mesa a leer o a escribir. Son horas intempestivamente productivas. No solo por el silencio que hay, sino porque estoy especialmente lúcido. Pero hoy no he dormido en casa, estoy en Madrid y eso me pone un poco más difícil lo de levantarme, comer algo y abrir el ordenador. Decido mirar el móvil desde la cama y me encuentro con una entrevista a Javier Cercas que habla sobre la profesión de escritor.
Dice Cercas que, cuando escribe, no piensa en los lectores, sino que piensa en él mismo, porque es el lector al que mejor conoce. Es verdad, todos escribimos para nosotros mismos, hablamos sobre nuestras preocupaciones e, inevitablemente, todo se tiñe del color de nuestro filtro. También comenta en la charla que la literatura es una forma de vivir más. Entiendo lo que quiere decir: donde no llega la propia experiencia, llegan los libros.
Otra de las cosas que me gustan de la conversación es cuando el autor habla del proceso de escritura y dice que la imaginación es el arte de combinar los recuerdos. Coincido con él. Casi nadie inventa nada nuevo, el arte consiste en combinar bien todas las referencias que tenemos. Por eso, como también dice Cercas, un buen escritor tiene que ser un buen lector.
Y acaba la entrevista citando una frase que se atribuye a la autora británica Virginia Woolf: “El placer profundo de escribir y el placer superficial de que te lean”. El amor por la escritura siempre va primero. Escribir por el placer de hacerlo. Y después hay otro placer, quizá más superficial, en que aquello que has escrito sea leído por alguien. Así que, gracias por leerme y por asomaros a la ventana de este ejercicio de soledad compartida que tan feliz me hace: escribir.
Me encanta. La NL y Cercas. Me permito aportar una reflexión o cita propia:
«𝐿𝑒𝑜 𝑝𝑎𝑟𝑎 𝑣𝑖𝑣𝑖𝑟 𝑚𝑎'𝑠
𝐸𝑠𝑐𝑟𝑖𝑏𝑜 𝑝𝑎𝑟𝑎 𝑚𝑜𝑟𝑖𝑟 𝑚𝑒𝑛𝑜𝑠»
Así es, aporta tanta calma y mucha paz el escribir y quién lo lea importa bastante menos. Y eso no quiere decir que no te emocione saberte leída y que no agradezcas hasta el infinito y más allá a quienes dedican su tiempo/vida a leerte... Pero el sentimiento interior cuando lo haces es tan gigante que eclipsa todo el resto del proceso. 💫