Hace unos días terminé de leer “Ni me gusta mi cuello ni me acuerdo de nada”, una reedición en la que han juntado dos libros de Nora Ephron, la escritora, guionista y directora neoyorkina, autora de comedias románticas míticas como: “Cuando Harry encontró a Sally” o “Tienes un e-mail”. Su estilo es muy personal, porque más que leer, parece que te esté hablando. Hay momentos en los que juraría que llegué a escuchar su voz. En castellano, sí, ya sé que es raro.
El libro es muy divertido y, aunque habla de cosas cotidianas, es tremendamente interesante recordar su época de periodista escribiendo en revistas, sus anécdotas junto a toda clase de personalidades de Hollywood y su trepidante vida en Nueva York. En el último capítulo del primer libro habla sobre la vejez y la enfermedad, pero sobre todo sobre la muerte de su mejor amiga. Y sobre la ausencia. La terrible ausencia de los que se van sin despedirse y sabes que no volverás a ver. O quizá sí, quién sabe.
Nora Ephron murió solo dos años después de escribir el segundo libro, con 71 años. No se lo esperaba, porque reflexiona sobre el miedo que le da llegar a los 80. Siempre me ha parecido una sensación extraña lo de leer a alguien muerto reflexionando sobre la muerte. No sé, quizá por eso me gusta tanto escribir. Porque es una forma de dejar algo tuyo en un mundo que ya no te pertenece. Decir, con palabras, que estuviste ahí, que viviste algunas cosas y que tuviste la necesidad de contarlas.
Ayer, hablando con una amiga, me dijo que leyendo el libro se había dado cuenta de que, tuviera la edad que tuviera, Nora Ephron nunca se hizo vieja. Y es verdad. Porque nunca perdió su capacidad de observación, su sentido del humor, su talento para contar historias, su inteligencia, ni su forma sutil de llevarte de la risa al llanto en la misma página. Supongo que de eso habla el último capítulo, de que hacerse mayor es inevitable, pero hacerse viejo es una decisión.
Gran reflexión y recomendación. Sencillamente excepcional la frase final de la news de hoy : "hacerse mayor es inevitable, pero hacerse viejo es una decisión". Sin duda, la clave es saber que somos efímeros, que estamos de paso y lo que importa es dejar huella en quien comparte con nosotros el día a día, nuestras anécdotas y nuestras batallas. Gracias por compartir y compartirte otro sábado más. ¡Feliz sábado de carnaval! 🎭
Wow... ese final!
Aunque nos hayas hecho spoiler del libro, es una especie de invitación a leerlo con más ganas, y escribo leer y pienso vivir, o tal vez ¿escribir?
...
Muchas veces he pensado eso cuando leía reflexiones "profundas" o vitales de autores que entonces ya no estaban.
"Leo para vivir más.
Escribo para morir un poco menos"