Hace un tiempo me encontré con este vídeo de Will Smith hablando sobre el miedo.
Necesito que veas el vídeo (dura solo 6 minutos) antes de que seguir leyendo. ¿Por qué sigues leyendo sin ver el vídeo? En serio, para de leer y mira el vídeo.
¿Ya? ¿Seguro?
Lo que explica Will Smith es algo que todos hemos sentido alguna vez en nuestra vida. El Miedo. El terror por algo que no te deja disfrutar del camino y que cuando llega, resulta que no era tan terrible. El miedo es un mecanismo de defensa para sobrevivir, así que nuestro cerebro lo utiliza indiscriminadamente para protegerse. Pero el problema del miedo es que es muy cómodo. Y por eso cada vez lo utilizamos más. Se está muy confortable en el miedo porque te obliga a no tomar riesgos. Y el riesgo, para nuestro cerebro, es siempre una amenaza.
¿Quién querría vivir amenazado? ¿Quién en su sano juicio querría estar en peligro? El único problema es que la alternativa a no sentir miedo es no vivir. Estamos aquí para experimentar. Si te lo paras a pensar solo hemos venido a eso. El mundo es un gran parque de atracciones en el que puedes subirte a lo que quieras o puedes tener miedo y no subir a casi nada. Eso es lo único que tenemos: capacidad de elección.
El otro día intenté aplicar esto a mi mayor miedo, que es el miedo a morir. A no existir. Al game over. A que esto se termine para siempre. Y me di cuenta de que el miedo a la muerte es una cuestión de perspectiva. Es porque miramos a la muerte desde la vida. Como cuando Will Smith estaba en la cama pensando en tirarse en paracaídas.
Desde la vida, la muerte son: cementerios, coronas de flores y coches fúnebres, gente llorando y silencios incómodos. La muerte es dolor y sufrimiento. La muerte, desde la vida, es mirar fotos y recordar, es echar de menos, es ausencia. Pero, la muerte desde la muerte no sabemos lo que es. Bueno, algunos sí lo saben. Estoy leyendo el libro El Tránsito de Emilio Carrillo, un hombre que estuvo muerto durante varias horas y al que finalmente los médicos consiguieron reanimar. Y su experiencia es absolutamente maravillosa.
La perspectiva desde la que vemos las cosas lo es todo. Como cuando vamos en un avión, sentados, tranquilos, disfrutando de las formas que parecen dibujar las nubes. Si nos viésemos desde tan solo un metro al otro lado de la ventana, la experiencia sería totalmente distinta. Veríamos un aparato de doscientos mil kilos pasando a 500km/h. Terrorífico. Pero desde dentro no se nota.
Eduard Punset dijo una vez: La felicidad está en la sala de espera de la felicidad. Somos más felices planeando un viaje que haciéndolo. Porque idealizamos estar en Nueva York, pero no contamos con las horas de aeropuerto, el jetlag, el control de inmigración, el frío, las colas…
Creo que con el miedo pasa lo mismo. Desde la vida, la muerte es una mierda, pero ¿cómo debe ser la muerte desde la muerte? Quizá es algo maravilloso y nos está pasando lo de siempre, que no sabemos disfrutar el camino por miedo a lo que vendrá. Y cuando venga, seguro que no es tan terrible.
Nos leemos la semana que viene.
Las reflexiones que compartes son increíbles, después de leerte empiezo a ver las cosas de otra manera ¡Gracias!
Qué gran forma de empezar el día y saltar a disfrutar del fin de semana. Gracias! 💚