Hoy comienzo la newsletter desde la barra de un restaurante. He quedado para cenar a las 22h pero me he adelantado, así que pido un cócktel que no sé muy bien qué es y abro las notas del móvil para ir apuntando sobre lo que quiero escribir.
Me encantaría compartir con vosotros/as una entrevista que ha hecho la periodista Noelia Ramírez a Anne Helen Petersen. Podéis leerla entera aquí, pero me gustaría comentar algunos fragmentos. La entrevista es a raíz de un artículo de Petersen que se viralizó en Buzzfeed en 2019, en el que hablaba de por qué los millennials se han convertido en la generación quemada.
Creo que el principal problema de nuestra generación es que tiene problemas que no son reconocidos como tales, y por eso cuesta mucho más superarlos. La salud mental, por ejemplo, como los trastornos de ansiedad o la depresión, derivados del estilo de vida que llevamos, son vistos en muchas ocasiones como problemas de segunda. Pero el suicidio ya es la primera causa de muerte entre los adolescentes. Así que deberíamos ir poniéndolos en el lugar que les toca y en las portadas de los periódicos. Pero no se hace, dicen que por miedo a extender todavía más el problema.
En la entrevista, Anne Helen Petersen, también habla del fin de la meritocracia. De que los jóvenes se han dado cuenta que ya no importa lo duro que trabajes. Para la mayoría de las “viejas” empresas serás un número de usar y tirar.
Nos criamos pensando que progresaríamos como nuestros abuelos y padres, pero los mecanismos que hacían robusta a la clase media se han debilitado o han sido erradicados. La metáfora del papel higiénico también podría aplicarse a la de la escalera: ellos subieron por una y cuando llegaron, la tiraron al suelo y ahora encima nos gritan: “¿Por qué no tienes fuerzas para saltar y llegar hasta aquí?”
Esto me recordó a unas cuentas que hice un día sobre lo que había costado a nuestros padres comprar un piso comparado con lo que nos cuesta a nosotros.
Hay otro fragmento de la entrevista que me hizo pensar:
Ya no hacemos las cosas para nosotros mismos, sino para poder decir que las hemos hecho. Se ve muy bien en Instagram, donde ya no solamente vivimos experiencias, sino que las compartimos con nuestros seguidores para conformar una imagen de la vida que vivimos, que normalmente ni siquiera se corresponde con la realidad. Pero, ¿a quién queremos engañar en realidad? ¿A los followers o a nosotros mismos para intentar auto-convencernos de que la vida que llevamos vale la pena?
Os recomiendo que leáis la entrevista entera porque da para debate.
Por cierto, antes de despedirme me gustaría agradecer que cada día se sume más gente a la newsletter. Muchas gracias por compartirla, por hablar de ella, por emocionaros, por comentarla… me encanta hacerla y que os guste.
Y hablando de cosas que me gustan, tengo que daros las gracias por la grandísima acogida que ha tenido la edición especial de mi libro Mentiras en honor a la verdad, que en tan solo una semana está apunto de agotarse. De verdad, muchas gracias a todos. Me da rabia que no lo vayáis a poder tener todos los que lo queréis, pero la edición era limitada y no esperaba que fuera a ir tan bien. Quiero recordaros a los que habéis mandado el mail diciendo que lo queréis, que hasta que mandáis el segundo mail con el comprobante de pago, el libro no queda reservado. Y quería avisaros de que supongo que entre el lunes y el martes los libros se agotarán.
Nos leemos la semana que viene.
La salud mental es el talón de Aquiles de nuestra sociedad. En septiembre decidí pedir ayuda, me diagnosticaron depresión, me vio una psiquiatra y me puso tratamiento. La siguiente cita era a principios de diciembre lo cual me parecía excesivo. Me la han cambiado a finales de enero. Mientras estoy de baja, pero voy a tener que coger el alta voluntaria porque con los sueldos de hoy en día, estande de baja cobras una miseria y la vida cada vez está más cara. Ni si quiera he podido comprar tu libro porque literal que no me da la vida. Tampoco me puedo pagar un psicólogo privado estando de baja. Tengo que volver a trabajar estando mal para poder pagarme lo que necesito (psicólogo) para intentar estar bien, porque la salud mental en la seguridad social da pena... Luego que si hay suicidios. Normal. 40h semanales y a penas se llega a los 1100€
Como para plantearse si quiera formar una familia...
Gracias por estas reflexiones, siempre me ha gustado tu forma de escribir.
Me agoté de aparentar que todo iba bien, intentar que no se notara que estaba triste y apática y que vivía mi vida por defecto, con un patrón que repetía a diario. La salud mental está muy infravalorada y estigmatizada.
Gracias por poner sobre la mesa un tema tan importante.
El desayuno de los sábados con tus reflexiones son una maravilla, Enric.
¡Feliz fin de semana!