Tengo la sensación de que la gente que entra en nuestras vidas siempre viene a cumplir otra función a parte de la obvia. Hace un par de tardes, en mi clase semanal de piano, de repente el profesor —un músico argentino que tiene más de filósofo que de profesor— me suelta, mirando el piano:
—Esto no es nada. Es solo un objeto. Esto no suena si vos no lo tocás. La música no la hacé el piano, la hacés vos a través de él.
Me pareció bonito como metáfora. Las cosas, igual que las personas, no son nada por sí mismas. Somos nosotros quien hacemos que brillen. Es nuestra mirada la que le da luz, belleza, ternura, admiración… La música suena porque nosotros la creamos. El arte está en el músico no en el instrumento.
Entre notas, compases y silencios, la conversación siguió:
—Decime, ¿de dónde sale la música? Porque todo esto alguien lo puso en orden para que lo entendamos, porque siempre hay un iluminado que pone palabras a las cosas que no se pueden explicar. Pero, ¿de dónde sale la música?
Es verdad. ¿De dónde sale la música? Quién fue el primero en entonar una nota, en cantar algo. De dónde surgió el ritmo y las melodías que después alguien puso sobre papel para poder tocarlas una y otra vez. Quién inventó ese lenguaje universal que emociona a todo el planeta.
Esa tarde seguimos tocando. Pero yo nunca miraré el piano igual. Ahora solo veo un objeto alargado, con unas teclas blancas y otras negras más pequeñas, puestas en fila dentro de una caja. La música nace de los golpes que le dan mis dedos. La música está en mí. Todo está en nosotros.
Como en las palabras, al igual que en la música, se ordenan las letras y los espacios sonando la melodía que quiere el escritor...con su corazón e intención. Pero como sucede en la música, cada persona que lo lee, le da su propio significado, su propio sentir. Ponemos un poquito (o mucho) de nosotros en todo aquello que damos, pero también en lo que recibimos.
Gracias de nuevo Enric. Tus palabras también sanan, como la música.
Como siempre, acertando en tus palabras. Empezar el día con la reflexión sobre algo tan presente en nuestras vidas como la música en un domingo lluvioso de los de acurrucarse, sofá y manta escuchando la lluvia caer y golpear el cristal es sin duda una buena forma de empezar el día. La música es porque alguien transmitió un mensaje, una emoción o una idea a través de ella y como bien dices somos nosotros quienes hacemos que a través de objetos consigamos ser. Al igual que tú haces con las palabras en cada una de tus newsletters. Gracias por ser a través de ellas y hacer que todos los que te leamos TB seamos gracias a ellas. Feliz domimgo de lluvia!! Abrazo.