Estoy aprendiendo a respetarme las etapas. No es fácil, porque siempre nos gusta encontrarnos con la versión de nosotros mismos que conocemos. Pero a veces hay otra que aparece sin avisar y que tiene hábitos nuevos o le faltan los de siempre. Últimamente me cuesta escribir. Normalmente, cualquier cosa enciende la mecha y ahora no la enciende nada. No se me ocurren temas interesantes, borro todo lo que apunto, las ideas me parecen repetitivas y me aburro a mí mismo.
Lo bonito de tener amigos (sobre todo amigos que te conozcan bien) es que te recuerdan cosas que hasta tú mismo habías olvidado. Me decía el otro día una amiga, que esto ya me pasó el año pasado por estas fechas. Que seguramente es cansancio, que necesito parar. Puede que sí. Puede que incluso lo que más nos gusta nos agote. En Parthenope, la última peli de Sorrentino, uno de los personajes decía: es imposible ser feliz en un lugar tan bello. A veces, caemos en los mejores momentos o en los mejores lugares.
Publicar dos newsletters a la semana es agotador. Porque no es solo redactarlas, también hay que vivirlas, reflexionarlas, estructurarlas… Escribir es una forma de vivir que comienza mucho antes de sentarse delante de la hoja en blanco. Escuchaba un día a un conocido autor decir que la forma de mirar de alguien que escribe es diferente. Que hasta en la cola del banco ves una historia que contar. Y es verdad. Cada pequeña escena delante de ti es susceptible de ser descrita. No hay sensación mejor que encontrar en lo cotidiano algo que sabes que se convertirá, cuando pase por tus manos, en una buena historia para ser leída.
Por eso cuando tu mirada no encuentra nada, sabes que estás cansado. Lo difícil es permitírselo. Pero, como os decía, estoy aprendiendo a respetarme las etapas. El yo que no escribe es también una parte de mí. Una parte que, seguramente, se está llenando para poder volver a vaciarse. No es fácil aceptarlo, pero es necesario. Aunque de no escribir también acabes haciendo un texto, porque hay cosas que son totalmente inevitables.
Me ha encantado leerte hoy y me han entrado muchas ganas de volver a ver Parthenope.
Hit refresh! Aprieta el botón de refrescar dice uno de mis súper jefes, hay que hacerlo de vez en cuando querido amigo!
Un abrazo muy fuerte.
Dice mi compi (lo de mi pareja, mi novio... posesivo me chirría) que lo mucho cansa, por mucho que ese "mucho" nos encante. Son rachas, y lo creativo, necesita de tanta de nuestra energía, que a veces, se agota y necesita un refresh. Los creativos somos personas intensas y eso, cansa hasta a nosotros mismos (cuántas veces he deseado poder darme vacaciones de mí misma). Por cansar, me cansa a veces hasta mis tostadas preferidas de desayuno que son mi ancla y mi sueño... pues eso, también me cansa a veces como hoy. Me lo permito, hago variantes o salgo a desayunar fuera. Un refresh.